Hace unas semanas escribí un cuento llamado “Una Familia Común” donde abordo el asunto de la alienación y como este proceso es un cáncer para la sociedad, sobre todo para los procesos emancipatorios. Hoy quiero profundizar en el tema.
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, Alienación es:
2. f. Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición.
Es decir que alienación es el proceso a través del cual un sector de la sociedad: el proletariado y las/os oprimidas/os, no actúan de acuerdo a sus condiciones concretas de clase, sino en contra de sus intereses, o sea que la alienación es el proceso contrario a la concienciación.
Ya sé, preguntarán ¿por qué la clase baja es la alienada y la alta no? La clase alta está perfectamente conciente de su papel en la sociedad y por ello implementan mecanismos de control para las personas explotadas y oprimidas, saben que si no les controlan algún día se rebelarán y éstos perderán los privilegios que ahora gozan.
Una persona puede padecer hambre pero su conciencia social ser tan desarrollada que no acepta una despensa a cambio de su voto, o puede tener cierta comodidad social y estar tan alienada que cambia su voto por cualquier migaja.
La alienación como proceso por lo tanto, es reforzado por los aparatos ideológicos del estado: la educación formal, la religión y los medios de comunicación, básicamente. Y este reforzamiento viene a través de la difusión permanente de lugares comunes que lo que buscan es perpetuar el estatus quo.
Estos lugares comunes son tan comunes que la gente puede reproducirlos y reír porque los reproduce, a pesar de la violencia que implican, al final lo que ocurre es que se vuelve natural eso a lo que se está habituada/o.
Por ejemplo, la gente puede reírse de un chiste misógino y al ser cuestionada dirá palabras más, palabras menos: “alivianáte feminazi, sólo es un chiste”.
Una persona alienada usa términos peyorativos establecidos por la clase alta para llamar a quienes pertenecemos a la clase baja, términos como “naca/o”; “India/o”; “gata/o”; “puta” para sentenciar el libre ejercicio de la sexualidad en las mujeres y “puto” para sentenciar a un hombre que no se ajusta a sus cánones de masculinidad; “Nini”; entre muchos otros términos que lo que hacen es promover una lógica en la que al final sólo los hombres de la clase alta, heterosexuales y de preferencia blancos, son “lo mejor de nuestra sociedad”.
La alienación es tal, que estas personas no se dan cuenta que al violentar a otra persona con esos términos, en realidad se discrimina a sí misma, no se dan cuenta que esas maneras de referirse a las/os oprimidas/os, fueron inventados por la burbuja que nos mal gobierna para referirse despectivamente a nosotras/os.
Para una persona alienada el amor es sinónimo de apendejamiento, no conciben el amor como una práctica emancipadora, sino como un pretexto para encadenar y someter a su pareja y para consumir.
Para una persona alienada, el mundo siempre ha sido como es ahora, la evolución es un cuento inventado por satánicos; quienes están arriba siempre han estado y estarán arriba, y paradójicamente quienes estamos abajo, estamos abajo porque somos huevones/as o idiotas, o ambas.
Para una persona alienada es natural ver como asesinan niñas/os en Palestina o como mueren de hambre en la Sierra Taraumara, pero es una aberración que una mujer decida libremente cuando quiere, o si no quiere embarazarse. Ya ni hablar de ver a dos lesbianas tomadas de la mano, dándose un beso.
Distinguir una persona alienada de una no alienada nada tiene que ver con un estatus social, no es mejor una persona que otra, lo que ocurre es que la persona no alienada es no alienada, porque en algun momento de su vida adquirió las herramientas que le permitieron abrir los ojos.
En sentido estricto los procesos sociales son colectivos, por lo tanto quienes tenemos una concepción del mundo distinta a la que los aparatos estatales mencionados anteriormente difunden, tenemos como importante tarea propagar esa otra realidad, contribuir a los procesos de concienciación de quienes aún siguen alienadas/os, de quienes siguen en la matrix, dirían los amantes de la ciencia ficción. Pero insisto, los procesos sociales son colectivos, las personas no alienadas no somos superiores en ningún sentido a las otras, somos iguales, y acá nadie libera a nadie. Desde el saber colectivo, respetando la inteligencia de las personas, debemos tratar de explicar y hacer tangible nuestra concepción del mundo.
Crear un mundo mejor implica hacer de nuestra visión de izquierda un modo de vida e implica también trastocar la cotidianidad del resto de la población, pero tenemos una desventaja: mientras nosotras/os tocamos de puerta en puerta, y salimos de parque en parque, el estado burgués entra diario a millones de hogares a través de sus medios masivos; por ello es importante no deseseperar, pero ser constantes, no darnos por vencidas/os y jamás perder la esperanza, que a final de cuentas es nuestro motor principal.
En otras latitudes el cambio es ya una realidad, y en esos países también les costó sudor, lágrimas y sangre. Esto que vivimos hoy, algún día, con el esfuerzo colectivo, habrá de cambiar.